IGNACIO LOSADA. «Después de todos estos años sintiendo que, en cualquier momento, podría perder mi trabajo, esa nube ha desaparecido. Ahora, siento que todos podemos hacer el tipo de periodismo en el que creemos, y eso es lo mejor que puedes decir sobre cualquier periódico». De esta forma, la periodista estadounidense del San Francisco Chronicle Jill Tucker ha puesto un punto y final a la incertidumbre que ha tenido con la crisis financiera que sufrió su cabecera con el desastre financiero de 2007.

En 2006, cuando Tucker empezó a trabajar en el San Francisco Chronicle, la empresa estaba sumergida en una fuerte crisis económica desde hacía una década, con pérdidas millonarias y despidos en masa. Tanto es así, que uno de los redactores jefe que le contrató, meses después, le reconoció que, antes de emplearla, había perdido la fe en que pudiese sumar más periodistas a la plantilla. No creía que la situación fuese sostenible. Sin embargo, hoy en día, el periódico está cosechando muy buenos números.

En concreto, durante 2008 y 2009, el San Francisco Chronicle perdió unos 50 millones de dólares (cerca de 42 millones de euros) por año. Así lo reflejó en un estudio la multinacional norteamericana -y empresa matriz- Hearst Corporation, que, a principios de 2009, hizo públicas las cuentas del periódico. En aquel momento, el entonces presidente del Chronicle, Frank J. Vega, explicó que la cabecera estaba acostumbrada a afrontar este tipo de pérdidas y que podrían “salir de este difícil ciclo”.

No obstante, las conclusiones a las que llegó Hearst Corporation no fueron muy esperanzadoras. La empresa matriz predijo que, si el San Francisco Chronicle no conseguía recortar sus gastos de manera rápida y profunda, estaba condenado al cierre. Todo esto en un momento, además, clave para la localidad; puesto que la ciudad de San Francisco estaba a punto de convertirse en la urbe más poblada del estado de California e iba a perder su principal cabecera escrita.

Llegaron los recortes, y Hearst Corporation se negó a vender o cerrar el Chronicle. De hecho, la empresa también decidió renovar el modelo de trabajo y, desde los últimos cuatro años, la cabecera ha conseguido cosechar un beneficio del 4% anual. Mientras que el valor de la mayoría de empresas de medios de comunicación americanos que cotizan en bolsa han seguido una gráfica negativa, según un estudio de Pew Research Center, el San Francisco Chronicle ha empezado a repuntar.

La apuesta por el periodismo de investigación

Cual ave fénix hecha ceniza, el San Francisco Chronicle ha renacido, y, según cuentan varios periodistas que han pasado por esta redacción, lo ha hecho más fuerte que nunca. “Creo que ha habido un cambio real el Chronicle”, ha señalado la periodista Dawn García, quien fue reportera en este periódico entre 1986 y 1991. “Hicimos un gran trabajo, pero, en general, no fue el tipo de medio que apostó por el tipo de informes de investigación y experiencia que tiene (el Chronicle) ahora”.

Del mismo modo, el periodista Carl Hall, quien trabajó en este periódico durante 1987 y 2009, ha reconocido ese cambio: “Creo que fue exagerado lo mierda que éramos, pero es cierto que la reputación del Chronicle no era tan grande”. En parte, este avance se ha conseguido gracias a dos fichajes. El primero, el del editor Jeffrey Johnson, en 2013; y, el segundo, el de la redactora jefe Audrey Cooper, en 2015. Pero el verdadero éxito se ha conseguido por su apuesta por la investigación.

Con Cooper, el San Francisco Chronicle, a través de un equipo de investigación con tres reporteros y un editor, ha publicado varias investigaciones, tanto escritas como audiovisuales. En concreto, el periódico apostó por un reportaje sobre una organización local benéfica y un largometraje-documental sobre el SIDA o el avance legal de la marihuana, entre otras publicaciones.

Por su parte, con Johnson los ingresos en publicidad digital han sido particularmente fuertes y se han incrementado exponencialmente tras cambiar el modelo de financiación. De hecho, a día de hoy, estos suponen el 52% de los ingresos del papel, frente al 18% que representaba en 2014, según ha detallado el vicepresidente de Ventas Digitales del San Francisco Chronicle, Ginger Neal.

Según ha reconocido García, el San Francisco Chronicle ha superado su larga crisis financiera, se ha puesto a la altura del resto de medios de comunicación de San Francisco y, actualmente, vuelve a estar en las conversaciones de bares: “Chronicle se ha puesto de nuevo en las conversaciones diarias de la ciudad”.

Foto: Ken Lund

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