IGNACIO LOSADA. La experiencia personalizada es el futuro de los medios de comunicación digitales y las redes sociales van a dejar de ser la plataforma referente para acceder a la información. Al menos, así lo cree la fundadora y primera ejecutiva del proyecto periodístico Purple, la estadounidense Rebecca Harris, quien, además, considera que “es un mito” que la sociedad no esté dispuesta a pagar por el contenido, siempre y cuando este sea de calidad, original e importante para su realidad.

Siendo todavía estudiante universitaria, Harris se convirtió en un referente informativo para sus círculos más cercanos. “Me usaban como su fuente de información, en lugar de leer las noticias ellos mismos”, explica la primera ejecutiva de Purple en su web. De hecho, durante este tiempo, creó el antecedente al proyecto actual. Bautizado como Purple Politics, fue un blog que albergó información sobre la actualidad política de Estados Unidos.

En concreto, “era un lugar donde escribir las mismas cosas que decía en voz alta a mis amigos”, con explicaciones “digeribles” y “equilibradas” -de ahí el nombre Purple- sobre la actualidad política estadounidense, relata Harris, quien, al poco tiempo de comenzar este proyecto digital, descubrió que esta era su “pasión”. “Me pasaba horas escribiendo contenido y no sentía que fuese un trabajo”, reconoce. Por eso, al acabar la carrera, decidió profesionalizar su plataforma.

No obstante, según cuenta, se percató de que sus círculos más cercanos todavía preferían interactuar con ella y obtener la información “en un formato más conversacional”. Por eso, decidió junto a su socio David adoptar una nueva forma de hacer periodismo y abandonar las tradicionales piezas digitales con las que hacer ruido en las redes sociales. “Si a nuestros amigos les gusta interactuar con su fuente de noticias, tal vez a otras personas también”, concluyeron ambos.

De 50 a 3.000 usuarios

Por este motivo, hicieron un “experimento”: Registraron un número de Google Voice para informar de los momentos clave del debate republicano a las primarias a través de sms, y se apuntaron 50 personas. Tras esto, se apuntaron otros 50 usuarios por el boca a boca. Según cuentan, la cobertura del debate supuso un primer “éxito” para Purple y cambiaron el sistema de gestión de mensajes, para poder conversar “uno a uno” con cada usuario.

Meses después, había 3.000 personas registradas en Purple. “3.000 desconocidos con los que comencé a interactuar como si fuéramos amigos”, relata Harris, quien, reconoce que, incluso, estos empezaron a enviarle a ella también información con el que completar su servicio. Sin embargo, no fue hasta julio de 2016, con la proclamación del magnate estadounidense Donald Trump como candidato oficial del Partido Demócrata en Ohio, cuando Purple dio el salto a Facebook Messenger.

Romper con la desinformación

La democratización de la creación de contenidos en Internet, así como el modelo de negocio incentivado por los clics, se convirtió en “una tormenta” que solo contribuyó a desinformar a la sociedad, reflexionó Harris tras las elecciones de los aspirantes a la Casa Blanca. Por este motivo, planteó abrir Purple a otros periodistas, académicos y expertos, porque la mensajería crea más “confianza” y “lealtad” que los medios digitales que utilizan los medios de comunicación.

De hecho, ambos consideraban que las personas se conectan “más naturalmente” con otras personas en redes sociales o servicios de mensajería instantánea antes que con un bot. Asimismo, pensaron que, cuando se involucra a una persona de la misma manera que se hace con un amigo, la reacción es distinta y “se crean niveles increíblemente altos de confianza y lealtad”. Según sus estimaciones, el 96% de sus usuarios confían en la información que les envían.

Además, cuando se preguntó el por qué, la respuesta más común fue que ella es una persona real y no un bot: “Si tengo una duda sobre algo que envió, puedo preguntar sobre ella, porque realmente me responderá”. Según explica Harris, este es el punto fuerte de Purple, que la información se hace más humana y más cercana, por lo que es más fácilmente consumible por el lector que, actualmente, oye campanas, pero no saben de dónde vienen.

Por su parte, además de facilitar el acceso a la información, el proyecto Purple se ha diseñado para facilitar un nuevo modelo que permita a las “voces de calidad” con un público altamente comprometido compartir contenido sin tener que “gritar a través del ruido de Twitter y Facebook”. “La mensajería es un canal increíblemente potente para desarrollar esa clase de relación de audiencia”, concluye Harris.

Foto: Niemanlab

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